martes, 2 de noviembre de 2010

delirios

una traza gris en salones abandonados

de manos retiradas acariciando el polvo

su agudo decadente sonido desmembrado

viaja por una cruz nocturna

perfumado por ropas olvidadas en tendederos helados

un hombre en su cubil errado

inventa un engranaje defectuoso

que debe reparar su insomnio

trabaja   ! trabaja !

el cielo azul oscuro baja en su piel

adormecidas razones de saliva y espinas

que su parpado engancha

como una costra y arroja

a un suelo de rosa viejo vidrioso.

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