de seda una campana huye en el viento
su tañido suave es la impotencia de las ramas
en el sinsentido de una linea fatal de abismo
que se abre generoso ante un ser sin manos
esas manos todavía están
en la lenta comprensión de las mías
tu buscas en el registro perdido del ocaso
donde mi corazón retiene el sinuoso
alambre que me hiere en el fin del mundo
te digo tonta, pero es tarde
y no regresas
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