sábado, 9 de julio de 2011

de cuentos nocturnos al borde de una cama

no te di mi rostro porque lo detesto, mas parecido al de mi padre con el paso de los años, en el cual veo el abandono. moriría de vergüenza el primer día de nuestro encuentro, pero me tomarías las manos para dejarme ir después de un instante de sentir lo próximo que hemos sido aun sin conocernos y complice necesaria y entristecida velarías al que soy en el cofre adorado de  quien crees que he sido. pero ni ahora ni antes he dudado que a nadie he permitido acercarse tanto a mi corazón como para que por una vez, solo una vez en la vida, saber que no existe una imagen en el espejo que me represente. porque eres tu y seras siempre tu donde se descansen mis gestos como en una madrugada o en un estanque puro. En los días de mi infancia una premonición hizo que hasta el nombre de mi primera perrita fuera el tuyo, y que ella fuera mi única compañera todos esos años...........

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