viernes, 15 de julio de 2011

en el amanecer

un sol rojo contra la noche retenida: aferrada en uñas
ante la cruz en ojos del insomne
un cuerpo desnudo atormentado extremado de
roces en languida sensibilidad  de dulces ácidos
vientos húmedos
susurros o gritos apagados por la asfixia de un embeleso
que no encuentra espacio para desplegar los brazos
provocar los signos lúbricos en el talle de lo desaparecido
nada es necesario en una caída. los hechos son un juicio
de atolondrados que viven la vida de los otros: contra mi llanto
rabioso. mi intolerante espera.
ninguna dicha tiene permiso de iluminar los objetos del día bajo mis uñas
reine el aliento de alcohol la saliva ofrecida agriada y el desesperado empuje
de labios morados de besar marfil con un rostro uno solo idéntico a la nada
pero se rompera la fina hechura de un pétalo para que el corazón sea arrasado
arrasado y disuelto y olvidado en el amanecer que es invencible

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