martes, 19 de julio de 2011
pubis
balidos de namorados sin cabeza con sueños impartidos por la nívea dondeella marfil era su cuello y yacimientos de odio una red de finas aspas de menta y cuerdas doradas que cortaban esas cabezas. rodamientos. la infinita ternura de tu debilidad me dio eterna la mirada flojedad en las piernas por el vaivén de un agua entre mis ojos y mis manos.la rabia no necesito de los ojos para cruzarte el pecho, pero no había un puto punto de referencia en lo inmenso y en lo blanco y entre lo perdido en la frase que terminabas con una pregunta. pero la pregunta la decía un objeto tocado por el aburrimiento. un objeto romo como un pene. un objeto de la suposición en cual te distraías mientras preguntabas y te alejabas alargando la redondez del pubis depilandolo entre reflejos narcóticos como el opio.
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