lunes, 25 de julio de 2011

ya no mio

no claras no audibles. no amistosas no cálidas. escondidas.
escondidas en la imprudencia de la espera: se construye
la mitad borrosa de un rostro la parte vanal de un carta
morfina en el sacro: sexo de los ángeles dulce y despojado
la tormenta quiebra mi talle en sentidos de azar huracanado
y centrifugas a mi corazón apretado y mezquino y dolorido
me hacen caer de rodillas con la mirada perdida con la memoria
vacía y el gesto del idiota lucido en el ultimo instante. el sol
me retiene unas horas, después no habrá una sola señal
un rastro un vestigio que el amanecer reconozca y me tome:
y levante en una luz de arenas y viento o pesar en el suspiro
y congoja de las gentes en las plazas en los edificios en los
burdeles en la cocinas en los barcos: donde una mirada
esta perdida sobre algo informe y oscuro y las manos por
un instante olvidan la ternura y a otras manos
en el temblor habitare ya no mio ya no mio ya no mio

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