domingo, 10 de julio de 2011

T

en los extremos de una calma sin esperanza
de una inquietud sin hallazgo
mis movimientos como clavos
los arranques a empujones arriba del fuego
a pedradas contra el maldito horizonte intangible
a patadas a mordiscos
en el secreto espacio que no lastiman las flores
tan secreto tan ilegible que mutila mis pies que
alas me da para cortarme en pedazos entre hilos de acero
tan secreto es tu resguardo tu tierna
posición de tus hombros de seda
en tu casa  de marfil y sangre
de incienso brutal consumado en
tus ojos calmos, sabios

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